The Miami Herald dio por terminado su “experimento” por el que recibía donaciones de sus lectores, una iniciativa de financiación lanzada a mediados de diciembre cuando el diario tambaleaba y enviaba telegramas de despido a una parte de su personal. Elissa Vanaver, vicepresidenta de la empresa propietaria, dijo que “después de dos meses de evaluar la respuesta del público, hemos decidido terminar con el programa”. El domingo le siguió otra nota del editor Anders Gyllenhaal, quien tampoco dio explicaciones. Los sitios de noticias sobre periodismo en Estados Unidos –como este y este– trataron el asunto, pero nadie hizo un balance de la situación ni explicó el fracaso. Un colega de un diario del estado de La Florida brindó a Blog del Medio cuatro de sus conjeturas:
1-. La iniciativa reportó fuertes ingresos en las primeras semanas de vida, los mismos editores se sorprendían por el interés de los lectores, que decían que había personas que donaban de 2 a 50 dólares, pero luego cayó a cifras insignificantes para la compañía.
2-. La situación del Miami Herald mejoró lo suficiente en el último trimestre como para no tener que pedir donaciones. Esta mejoría se dio en especial en la versión digital.
3-. En el proceso de venta en el que el diario se encuentra inmerso no convenía que la empresa saliera a pedir limosnas, ya que daba una imagen de debilidad.
4-. Pedir dinero a terceros implicaba para los ejecutivos del Herald un esfuerzo adicional en la transparencia de la gestión del periódico o al menos a donde se destinaban esos “ingresos sociales”, algo que incomodaba al diario. En efecto, ni siquiera se informó cuánto dinero se recaudó en la campaña.
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