“Que un perro muerda a otro perro no es noticia, pero sí que un ser humano lo haga”, decía el gran Alfredo Serra cuando nos enseñaba periodismo en la facultad. El uruguayo Luis Suárez no estaba allí, pero lo tenía más claro que el agua: por eso salió a morder al pobre italiano Giorgio Chiellini, en el partido en el que Italia quedaba fuera del Mundial u Uruguay, en forma dramática, pasaba.
En PressDisplay pueden verse las reacciones: más de 100 portadas en las que aparece la foto o el nombre, ya sea de Suárez como de su víctima. Un hombre puede morder una vez, pero no tres como este caso. Por eso, no hay casualidad que valga: o tiene un trastorno médico (todos mis respetos en este caso) o este delantero es dueño de un cúmulo de vanidad digno para record Guinness.
Ya lo vimos a Cristiano Ronaldo –o CR7, como le dicen los diarios que le hacen prensa- verse en las pantallas gigantes de los estadios. Y aquí está Suárez posando para las cámaras. Tocándose los dientes bien sentadito, actuando para las miles de cámaras y las redes sociales que redistribuirán el contenido a escala planetaria. Aplausos para esta gran obra maestra de las Relaciones Públicas.
La parodia no es un invento de este artista. Hace varias décadas, el futurista norteamericano Walter Truett Anderson explicaba en el libro “La realidad emergente” cómo los hechos reales se cruzaban con los “pseudo acontecimientos”, de apariencia real, pero creados en forma premeditada con objetivos políticos o económicos.
Tal vez la FIFA tenga que suspender a Suárez, pero no por el fair play, sino por haber vulnerado algo que para la entidad de Joseph Blatter considera más importante: los derechos de patrocinio. La imagen de Suárez hoy vale más porque existe más. Y existe más porque apareció en 100 tapas de los diarios. Aquí, sólo 57 de ellas: