Como si se tratara de Skynet, la inteligencia artificial de las maquinas en la saga Terminator, los robots comienzan a asistir a los periodistas. Puede dar fe de ello el sueco Sverker Johansson, quien según Wikipedia Analytics es autor de 2,7 millones de artículos, redactados en los últimos siete años gracias a “Lsjbot”, su software, que extrae información de cientos de fuentes y les da forma antes del “ok” final.
En Associated Press, los robots comenzarán a escribir unas 4.400 historias por trimestre, lejos de las 300 que hacían a comienzos de año. “No puedo tener a los periodistas, que hacen un montón de cosas, procesando datos. Los necesito para los informes”, dice Lou Ferrara, jefe de redacción de AP, al sitio del Poynter Institute.
El futuro ya llegó también para The Guardian, que sorprendió en abril pasado con #Open001, una revista impresa con 5.000 copias que llegó a las redacciones y agencias de Estados Unidos. La novedad es que es 100% hecha por robots, que seleccionan las noticias, las editan y mandan a imprimir. En Londres, The Newspaper Club había dado el puntapié inicial.
La tecnología al servicio de las noticias, en cualquier plataforma, también está a la orden del día. En especial, cuatro de ellas: drones, Google Glass, sensores y periodismo de datos. La irrupción de los anteojos de Google ya llegó a las aulas, por ejemplo, en el curso “Glass Journalism”, que imparte la Universidad de California del Sur.
La CNN comenzó a utilizarlo en sus emisiones de periodismo ciudadano al igual que los drones, esos pequeños aviones manejados con control remoto, desde los que pueden hacerse excelentes tomas. Incluso David Vigilante, VP de Asuntos Legales de la cadena creada por Ted Turner, pidió que la Autoridad Federal de Aviación apruebe permisos especiales para la prensa, bajo la tutela de la Primera Enmienda.
Más novedosos son los sensores, hoy disponibles en teléfonos, relojes inteligentes, indumentaria y un caudal interminable de objetos. En los congresos de periodismo ya se muestran ejemplos de uso de éstos en crónicas de terremotos, accidentes, casos de contaminación y hasta en un artículo sobre migración de cigarras. Este fue presentado por la New York Public Radio (WNYC) y unos 800 oyentes, que a través del Cicada Tracker Project se invitó a construir cada uno sus propios censores y analizar la migración.
Aprovechar esa información y darle sentido formar parte también del periodismo de datos, otra tendencia aplicada en sitios como The Upshot, de The New York Times; o FiveThirtyEight, que surgió también en el diario de Nueva York y hoy es independiente.
Aunque la publicidad migre de las plataformas periodísticas más rápido que el contenido, todavía los ejecutivos del sector le dan importancia a las palabras: dicen “plataformas”, en lugar de “medios”; “usuarios” en vez de “consumidores”; y a la crisis, ahora le dicen transformación.