Los que me conocen saben que si cito a Juan Pablo Varsky no será para hablar de deportes, algo que para mí se reduce a mis 20 kilómetros semanales de trote al borde de la Plaza Sicilia. Saben que si hablo de uno de los periodistas deportivos más valorados de Argentina entonces es porque vale la pena. Resulta que Varsky encarna para mí el modelo del periodismo del futuro, en el que los medios no son los tradicionales (radio, televisión, periódicos, Internet, etc.) sino que el medio es uno mismo.
Hace una década me dijeron que “la empresa es uno mismo” y ahora lo veo Varsky haciendo lo mismo que todos deberían estar haciendo. Y me incluyo. Muchos de los que leen este espacio son estudiantes de periodismo o graduados que luchan por posicionarse y mantenerse con los sueldos de los medios tradicionales, y por eso estaría bueno detenernos a pensar que contentarse con el salario en un medio, aún con aspiraciones a crecer y seguir creciendo ahí adentro tal vez no sea buen negocio.
¿La solución? El modelo del periodista pulpo, o más fácil, el modelo Varsky. Consiste en más o menos los siguientes 6 puntos:
1. Encontrá tu nicho.
Ser un periodista estrella y destacarte en todos los ámbitos llega con décadas de constancia. No busques eso ahora, más bien encontrá tu nicho en el cual destacarte, estudiá sobre el tema y tené constancia. Recordá los siguientes principios (los aprendí la semana pasada charlando con un empresario): Dirección, velocidad, precisión. Primero elegí y rompete el bocho pensando a dónde querés ir. Cuando fijes una meta tratá de avanzar lo más rápido posible y hacerlo con constancia. Y, por último, tratá de que sea lo más preciso posible. Es importante volverte referente en un tema pequeño y concreto, pero tampoco dejes de leer o interesarte en la realidad. Varsky habla de deportes, pero sus temas preferidos desde chico son política y economía.
2. Transformate en tu propio medio.
Nunca pienses que trabajas “en la redacción de” o que eres “columnista de”. La clave es ser un medio propio, no ser cautivo de ninguno tradicional y rechazar los acuerdos de exclusividad que no te convengan. En La Nación, Varsky escribe en forma “especial para LA NACION”. No está “en” ninguna fucking redacción.
3. No le tengas miedo al dinero.
“Ganar dinero no es delito”, le dijo Varsky en su cuenta de Twitter a un seguidor que lo increpó. Si querés ganar dinero primero debes pensar que no es delito ni pecado tener o querer tener dinero. Hay que venderse, darse a conocer y si te miran mal porque promocionás un libro o una nota que te esforzaste en conseguir no les des bola. El marketing no es un delito. En los medios siempre hay rondeando celosos o envidiosos que pretenden con falsa moral cuestionarte. Es parte del juego. No tengas miedo en dar a conocer tu trabajo.
4. No te olvides que el prestigio se construye con valores.
Querer tener dinero, vender un espacio y hacer lo posible para darte a conocer no quiere decir que pierdas el Norte. Podés tener hashtags patrocinados, auspiciantes en tus columnas de radio y demás, pero si eso va a hacer que cambies tu forma de pensar estás en el horno. Un periodista vendido tiene poco valor real y no es sustentable en el tiempo.
5. Utilizá las nuevas tecnologías.
Como Varsky que tiene 40 años y usó antes que muchos a Twitter para ganar 50.000 pesos al mes, en las redes sociales está la clave para hacerte tu espacio y buscar patrocinadores. La mayoría de los periodistas considerados “serios” son personas con alma bohemia y espíritu viejo que no entienden de qué va el presente y el futuro de Internet.
6. Se multi-media.
Como Varsky que escribe en La Nación, participa en programas de TV, está a la mañana en el programa “No Somos Nadie”, por la Rock & Pop (95,9), maneja su cuenta en Twitter y ofrece contenidos para otros medios y empresas, así debería ser tu camino. Por eso es periodismo pulpo. Una sola cabeza y un solo prestigio para diversos medios, los tentáculos.
7. Se ambicioso.
“Quiero ser presidente de la nación”, dijo Varsky. Se ambicioso aunque en la justa medida. Y se paciente. El éxito es tener que correr los objetivos hacia delante porque los vas alcanzando. Eso quiere decir que no hay que ponerse objetivos descabellados. Que hay etapas. Mientras tengas clara tu dirección, lo importante es avanzar.