El suicidio televisado del ex comisario tucumano Mario “malevo” Ferreyra no sólo ultimó el porvenir del nefasto canal de noticias, sino que afectó seriamente la competitividad del subsistema de medios periodísticos de Argentina, especialmente el de canales de TV. La respuesta del resto de los canales periodísticos ante la contundencia de las imágenes fue la de plegarse a la corrida noticiosa, y su sentimiento, fue la envidia. Lento y perezoso como de costumbre, el CONFER salió a prohibir la emisión de las imágenes que ya medio país había visto y grabado para You Tube y otros portales multimedia, pero la comunidad periodística –salvo comentarios de radio-pasillo poco profundos- se llamó al silencio. Seguramente la pena para al canal sea mínima, y queda claro que ya no existe conciencia para quienes dirigen las manos del canal, que periodísticamente –al menos para mí- a muerto con el primer disparo emitido.
La aventura de Crónica TV tiene sin embargo graves implicancias para el mercado de medios en general, y de canales de noticias en particular. La competencia entre los medios en sí y la competitividad general del sistema tradicional de envíos periodísticos frente a los nuevos formatos ha quedado dañada profundamente. Por eso es grave la ausencia de debate entre los directivos periodísticos y sobre todo, la condena. Cuando en Inglaterra (con la prensa escrita) y en Estados Unidos (con la prensa televisiva) se producen hechos de esta magnitud, es la misma industria la que sale a dar su voz, para condenar a quienes decidieron emitir o publicar ciertas imágenes. Lo hacen con un ánimo de autoprotección.
Cuando McDonals es noticia por entregar a sus clientes hamburguesas con Escherichia coli, el que pierde no es sólo McDonals, sino la industria de las hamburguesas. En la mente del consumidor queda impregnada para siempre el concepto que “si en McDonals las hamburguesas están contaminadas, no quiero ni saber cómo serán las de los puestitos de Dársena Sur”. De la misma manera, cuando en la industria de medios aparece Escherichia coli en las imágenes, el que pierde es el periodismo como institución. En la Argentina, sin embargo, el silencio y la envidia parecen ser más importantes que hacer un medio serio y periodístico, que es el verdadero negocio de los medios tradicionales.
Cuando McDonals es noticia por entregar a sus clientes hamburguesas con Escherichia coli, el que pierde es la industria de las hamburguesas. De la misma manera, cuando en la industria de medios aparece Escherichia coli en las imágenes, el que pierde es el periodismo como institución.
Cuando la industria de los medios hace silencio, está siendo cómplice de las atrocidades periodísticas de sus competidores. Por eso, la muerte televisada de Crónica TV afectó la competencia entre los mismos medios y su competitividad frente a los nuevos formatos. Porque la única razón que tienen los medios tradicionales de existir es la de dar información seria que sirva a la gente, que actúe como bumeran en su función de ser una extensión de sus usuarios, pero que a la vuelta les lleve algo más. Una muerte televisada tal vez sea para cierto público en You Tube, pero no para los medios tradicionales. La necesidad de la industria periodística es buscar estrategias comunes para dar escala al negocio, y las crónicas nefastas no hacen más que achicarlo.
PD: La foto que ilustra el post me la remitió un joven colega de 18 años, indignado con lo que había pasado. Todavía no completó el secundario.