Cuatro preguntas para repensar Wikileaks

Cuatro preguntas para repensar Wikileaks

Un colega que estudia en la UBA me envía un par de preguntas sobre Wikileaks para un trabajo práctico. No creo ser gurú del tema ni mucho menos, pero las cuelgo aquí para volver a pensar sobre Julian Assange y su aparición en el mundo de los medios hace ya tres años. Esto es un debate, así que pueden contradecirme en los comentarios.

¿Por que Wikileaks o Assange no recibieron ningún castigo penal por las filtraciones?

En primera instancia, porque no es un delito difundir información sino que es un derecho ciudadano. La gran mayoría de los países desarrollados tienen legislaciones que pueden resumirse en la Primera Enmienda de la Constitución de EEUU, que básicamente prohibe la aplicación o sanción de cualquier ley o norma que vulnere el derecho a la libertad de expresión. Técnicamente, quien violó la ley es quien robó los cables y los liberó “anonimamente” al equipo de wikileaks.

Sin embargo, en mi opinión, podrían haber encontrado cualquier vericueto legal para encarcelarlo. (en efecto, está encerrado en la embajada de Ecuador en Londres por una causa que no tienen nada que ver con el tema) ¿Por qué no lo hicieron? Porque Wikileaks fue ideado cuidando justamente esta amenaza y porque la información fue difundida en forma planificada y pensada. No fue (solamente) Assange el que publicó los cables, sino una red de periódicos líderes en el mundo, con los más altos estándares de ética y rigor periodístico. Esto generó un escudo protector al creador de Wikileaks que permitió que sea visto como “políticamente incorrecto” juzgarlo. Después de todo, si lo hacían con él, por qué no iban a hacerlo con los directivos y periodistas de The New York Times?

¿Se puede decir que existe un vacío legal respecto a este tipo de sucesos en Internet?

Esto debería responderlo un experto legal en la materia en profundidad. Pero, en mi opinión: por su puesto, las leyes van siempre detrás de la realidad. Aunque hay países más avanzados que otros en la materia, todavía falta mucho por hacerse. En términos generales, los antecedentes legales en la Argentina tratan a internet como un medio de comunicación más, es decir, está respaldada por las leyes de libertad de expresión. Aún así, es muy insuficiente, ya que no quedan claros los derechos y obligaciones de toda la cadena de valor de internet (los que hospedan la información, lo que las transmiten, los buscadores que permiten encontrarla, etc).

De todas formas, después del caso de Snowden y los debates por el “fin de la privacidad”, Internet no aparece como protagonista en el caso de Wikileaks, ya que también fue difundido por medios tradicionales y la información fue “robada” de bases de datos a los que tericamente no podían accederse desde Internet, sino en redes paralelas militares.

¿Qué le aporta Wikileaks al periodismo?

Wikileaks dejó en claro que los medios sólo publican un 1% de la información relevante que pasa en el mundo y que el ciudadano promedio está claramente desinformado sobre los asuntos públicos, al menos en lo referido a los Estados Unidos. En este sentido, Wikileaks le aporta más a la gente de a pie que al periodismo, sacando a la luz cuestiones que se mantenían ocultas. Sin dudas, igualmente, el caso abrió un debate fuerte sobre la necesidad de plantear nuevos debates en torno al periodismo y a su rol.

¿Cómo convive Wikileaks con el periodismo tradicional?

En algún sentido, y tal vez tenga más que ver con la pregunta anterior, Wikileaks complementa al periodismo tradicional. Uno de los puntos más relevantes es que Wikileaks transmitió todos los cables directamente a la gente. Eran los lectores los que muchas veces descubrían cosas nuevas. Además de demostrar que no siempre hay que ser un intermediario duro y celoso, al periodismo le sirivió darse cuenta que los mismos lectores pueden ayudar a decodicar al información. Diarios como La Nación de Argentina o The Guardian, de Inglaterra, entre muchos otros, hoy ponen a disposición del público miles de documentos y piden ayuda para interpretarlos.

Wikileaks también saca a la luz que los periódicos tradicionales muchas veces no ofrecen las garantías necesarias para que quienes tengan información la den a conocer. De otra manera, Wikileaks no existiría y algún otro medio las hubiera publicado. En efecto, quien filtró los cables había ofrecido la información a varios medios antes de dársela a Assange.

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