Ay, ay, ay… ejecutivos… ay, ay, ay

Katharine Weymouth, la mujer que minó el prestigio del WP
Katharine Weymouth, la mujer que minó el prestigio del WP

Con gente así es posible que no vayamos muy lejos. Sebastian Lacunza, de Ambito Financiero, lo cuenta así: La cita parecía tentadora, casi irresistible para los empresarios. “Una velada con la gente adecuada”, rezaba el folleto de circulación restringida. Estaba prevista para el próximo 21 de julio a las 18.30, en el cálido verano de Washington. La convocatoria “íntima” iba dirigida a dueños y ejecutivos de compañías clave, y la aludida “gente adecuada” eran altos funcionarios del Gobierno de Barack Obama y periodistas influyentes. Una cena tan atractiva como para que el cubierto costara u$s 25.000. Se garantizaba, además, un estricto secreto de lo que allí se hablara. ¿Quién sería el anfitrión con tanto poder de convocatoria? Nada menos que la dueña y editora responsable del diario The Washington Post, Katharine Weymouth, quien ponía su propia casa en Northwest Washington como sede del encuentro.

La “minita”, una joven abogada egresada de Harvard, nieta de la legendaria Katharine Graham, y sin ninguna experiencia profesional en una redacción, apareció escrachada en el portal Político. Y tuvieron que salir a pedir perdón. El columnista sobre Medios de The New York Times, David Carr, no le hizo caso a nadie, y salió diciendo que “teóricamente, usted no puede comprar un periodista del Wa-shington Post, pero puede alquilarlo”. A veinte metros estaba el columnista estrella de internacionales del times, Thomas Friedman, que hace poco debió devolver u$s 75.000 cobrados por una conferencia por parte de una entidad pública. Triste, muy triste.